La
Biblia describe los pecados que puede cometer una persona. Matar, robar,
mentir, blasfemar y prostituirse, se incluyen entre las penas más deshonrosas.
Sin embargo, nunca he escuchado al Papa Francisco (máxima autoridad de la
Iglesia Católica) prohibir a sus creyentes o ateos navegar en internet.
Diversos
intelectuales, investigadores y personalidades del mundo denominan al siglo XXI
como la Era de la información, las tecnologías y la comunicación digital.
La
sociedad de Cuba busca la manera de insertarse en este contexto histórico, sin renunciar a sus valores distintivos. En
una ocasión, el líder de la Revolución cubana Fidel Castro, expresó que no
debían temer a la internet ni a las nuevas tecnologías, sino saber cómo
aprovechar sus herramientas para el beneficio social.
¿Qué
pensaría el Comandante en Jefe si supiera que en la Universidad de Matanzas a
los estudiantes les niegan el derecho de acceder a las redes sociales o
consultar las publicaciones del blog La joven Cuba (creado y editado por
profesores de la propia institución)? Porque, según describen los alumnos,
cuando pretenden abrir Facebook, Twitter o la mencionada web, se encuentran con
el famoso cartel: BLOQUEADO. Nunca entenderé el porqué de la decisión, quizás
los propios blogueros puedan explicar las razones.
A
pesar de las limitaciones económicas y el bloqueo de Estados Unidos, el
gobierno de la Isla destina cada año millonarias inversiones para mantener el
sistema gratuito de educación universitaria; eso incluye computadoras e
internet para la superación constante de los futuros profesionales. Es decir,
posiblemente la infraestructura no sea la más actualizada o veloz, pero están
creadas las condiciones. Entonces, ¿por qué limitar el libre acceso a la
información?
El
destacado religioso y teólogo brasileño, Frei Betto expresó: “Una educación que
se reduce a mera ortofonía, a la repetición incesante de conceptos petrificados
en voz de la autoridad, despoja al educando de sentido crítico y lo imbuye de
la idea de que la Revolución es un hecho histórico del pasado y no un desafío
perenne de cada nueva generación”.
En
una época de transformaciones de toda índole, Cuba intenta construir un futuro
próspero y sostenible para sus hijos. Sin embargo, aun falta mucho para
desterrar la mentalidad arcaica y subdesarrollada de algunos, que impide el
avance hacia ese destino.
Termino
con una frase del Héroe Nacional José Martí en La Edad de Oro: “Los hombres
deben aprenderlo todo por sí mismos, y no creer sin preguntar, ni hablar sin
entender, ni pensar como esclavos lo que les mandan pensar otros”.
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